Poder disfrutar de una pequeña ruta en bici (10 kms. en total) de camino a pintar, recorriendo caminos que normalmente hago corriendo para medirlos con el cuentakilómetros (qué bien, por fin sabré distancias más exactas por tramos) y encontrarte moras aún en esta época es una gozada.
Esta es la entrada al parque de la Candamia, que ahora se cubre con las hojas del otoño y está aún más bonito. Por aquí tenemos que organizar alguna carrera a primeros de año...
Y si además te sorprende una manada de patos salvajes de visita a los "locales", es inevitable bajarte un rato de la bici y acercarte a saludarlos.
Me acerqué sigilosamente para no molestarles demasiado, pero no estaba en sus planes saludarme ellos a mi...
Así que... ¡al agua, patos!
Son la leche. Un par de ellos decidieron echar a volar y fueron todos detrás.
Es el camino desde palos de la sed a la pista grande. Ahora que no hay barro y la tierra está compacta se va bien, aunque aún no me acostumbro del todo al terreno irregular. En bici da más miedo caer, jeje.
Y este es el inicio de la pista grande. 1098 metros de subidilla, en la que me siguen "quemando" las piernas. Ospi, el primer día, que encima me equivoqué con los piñones dije: "eh, ¿pero quién demonios me ha encendido un mechero en los cuádriceps?" Jobar, corriendo no queman así las piernas, leches. Me quedan aún unas cuantas cuestas en la bici, está claro.
Bueno, al menos hoy, con 7.939 metros de calentamiento hasta este punto, no se me han cargado tanto las piernas. Lo malo fue al final de la cuesta, que me paro a apuntar los metros recorridos y me acuerdo de las piernas de las "muñecas de famosa" de Ana en Berlín, jajaja.
En cualquier caso, un placer retomar la bici en mañanas apacibles como la de hoy.
Como siempre, Pedrín, ni se despeina, qué insultante, jeje.
Bueno, al menos, hoy no pinchamos ¿no? :-)
9 comentarios:
Ha estado muy bien la rutilla, encima con regalos durante el camino, jejeje, y de insultante nada, si has subido como una campeona, tan sobrada que hasta te permitias bromas durante la subida, a ver quien es la insultante,jejeje.
Hay que repetir camino para confirmar datos.
¡PREDIIIIIINNN!
JAJAJA, tú por aquí... vaya sorpresa, jejeje. Claro que hay que repetir, sisisi, no lo dudes.
Venga anímate y hazte un blog, hombre;-)
Lo de la bici mola mucho, yo ahora no tengo más remedio que subirme a ella si quiero hacer algo y muy bien. Lo de los patos me ha encantado, la semana pasada estuve yo embobada mirando las aves que hay en el Hyde Park, en Londres, muy variadas y como están acostumbradas a la gente y allí las tratan muy bien pues puedes alternar con ellas y todo. Lo que pasa es que no tenían el "factor sorpresa" de los patos salvajes, claro.
Un saludete. :)
ANA: pues si te digo que hablé de Hyde Park precisamente en este parque... es que me lo recordó un pelín, jeje. Un saludo:-)
Y ya la repera es que te cojas un pato, prepares una mermelada de moras y hagas en vez de pato a la naranja, pato al horno. Para ponerse "morá'"
Saludos biciclísticos.
GREGORIO: jajaja, ¡pobre pato! Lo de la mermelada, sí que la hago, sí, lo que pasa que este año no he podido recolectarlas por falta de tiempo, sólo comerlas "en crudo". Una pena, porque está mmmm buenísima. Un saludo, jeje.
Me pirran las moras!!!
Qué asco a veces vivir en una ciudad, se echa de menos la belleza de lo simple del campo...
HITA: jeje, pues que sepas que son mágicas :-)
Lo bueno que tienen es que te sorprenden a veces muy cerca de la ciudad, búscate un lugar cercano a ríos, bosquecillos, caminos... igual las encuentras. En Londres hay muchos parquecillos en zonas residenciales que igual te brindan algunas todavía...
Un saludo;-)
HITA: mira, ya te encontré un lugar que te pilla cerca: Camley Street Natural Park. Echa un vistazo en
http://londonist.com/2008/08/natureist_camley_street_natural_par.php
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