Seguidores

lunes, 9 de abril de 2012

Ya pasamos el maratón: ¡primeros metros corriendo!

Pues sí, hoy es mi día 48, así que ya somos "ultramaratonianos". Por ahora se llevan bien estos kilómetros desconocidos, más allá del 42.




Os cuento lo bueno desde el 30.




Desde el km. 30 al 35 hubo unos días de "baja" en los que lo único a destacar es la lucha por la recuperación debido a la correspondiente bajada de defensas.





Se pasó y del 35 al 39 remontamos a base de paseos mañana y tarde, para coger forma y llegar al km. 39 flotando, nada más y nada menos porque ¡corrí 500 metros!



La sensación fue de volar. Al principio no me lo podía creer, era como si me hubiesen soltado la correa de la cárcel y me hubieran dejado salir. No recuerdo lo que sentí la primera vez que troté en mi vida, pero tuvo que ser algo parecido.



Por las ganas habría seguido, pero la prudencia me hizo parar y recuperar fuerzas. Poco a poco el cuerpo fue volviendo a la normalidad, aunque las sensaciones no tenían nada que ver a cuando corría "antes". En realidad, las sensaciones en muchos momentos de este maratón son tan nuevas que a veces me cuesta describirlas. Lo más recomendable, "disfrutar del paisaje", como algún buen amigo me ha sugerido...





Y, al día siguiente, en el km. 40, el 1 de abril, jornada inolvidable animando en la Media Maratón de Madrid, junto a Julieta y Ana, primero en Cuatro Caminos y luego en la cuesta de Alfonso XII. Risas aparte (que hubo muchas), disfruté mucho animando, poniéndome en su piel, sobre todo a partir del globo de 1h55´. La verdad es que les vi bien, incluso mejor subiendo la cuesta al final. Y observé diferentes actitudes corriendo: el que corre sólo para él, el que va a atento a lo que sucede alrededor, el que se comunica y participa de los ánimos del público, el que va tan mal que no puede preocuparse más que de acabar, el que te agradece los ánimos, el que se retira resignado, el que disfruta, el que sufre...



Una perspectiva diferente, y la promesa o deseo de estar ahí otra vez el año que viene... pero del otro lado, del que debiera haber estado...



Por la tarde, más risas en compañía de amigos camino de Sevilla, en busca de una Semana Santa pasada por agua.


Cierro el maratón, kms. 41 y 42 en el hospital, iniciando el tercer ciclo, para terminarlo en casa hasta el viernes 6 de abril. Lo más destacado de esta semana es el nacimiento del hijo de un amigo (km. 43), con lo que pude asistir a las primeras horas de vida de un ser humano, algo increíble y mágico que cargó pilas para toda la semana.



Es la primera vez que paso la Semana Santa en Madrid, así que el jueves y viernes me paseo a ver cómo son los pasos aquí. De las procesiones no puedo opinar porque con las anulaciones debido a la lluvia no vi ninguna.



Como nota diferente, también conocí una pequeña celebración de la Pascua Hebrea (el viernes) que me resultó interesante desde el punto de vista cultural.



Así pasé el maratón, con el tercer ciclo de quimio, el nacimiento de un niño y la pascua hebrea y cristianas.



Estos próximos kilómetros se avecinan "de bajón", habrá que estar preparados, pero mientras viene y no, seguiremos despistando al "dino" y sorteando sus coletazos...



A la vista, ahí en el calendario, dos fechas pendientes, el 14 y 15 de abril, pendiente de un posible día bueno (¿sincrónica?) y el 22 de abril, lleno de esperanza porque toca (cruzo los dedos)


¡otro día bueno!.