Y, hablando de la carrera de hoy:
Es a beneficio de ALCER,
con recorrido urbano y algunos tramos de tierra, llana, fácil y rápida.
Unos 300 corredores, volviendo a recuperar las carreras poco multitudinarias.
Yo hice los dos primeros kilómetros demasiado rápidos para mi gusto, y como había calentado sólo 10´me costó coger un ritmo cómodo, pero dejé que el cuerpo hablara y mandase en busca de buenas sensaciones.
Me gustó pinchar el cronómetro al inicio y en el primer paso por meta al finalizr la primera vuelta, sin mirar el tiempo, sin calcular qué velocidad llevaba ni a cuánto debía regular para acabar bien, sino dejándome llevar por "lo que el cuerpo iba pidiendo". Era agradable.
Corrí libre del crono por tercera vez esta semana tras la media de León y, al final, cuando miré el tiempo que había hecho lo primero que pensé es que estaba mal medida: 53´42´´, decía mi crono.
Pero lo mejor fue lo que me dijo mi cuerpo: "a seguir corriendo, que me apetece volver a ese paseo tan chulo por el río Nalón". Y más tarde: "¿cuál será la próxima? ¿La Media de Madrid? Ya tengo ganas de que llegue".
Y a cuatro semanas de Mapoma, también voy teniendo ganas de que llegue, para correr también sin crono, hasta "hartarme de correr" y hasta saber qué hay más allá de 2h45´corriendo, hasta completar un máximo de 5 horas (espero), sin preocuparme por más objetivos que terminar la distancia lo mejor posible.