Aún con las emociones sin asimilar del todo, y con miles de sensaciones aún sin enfriar...
estoy feliz de haber corrido esta carrera. Me hacía muchísima ilusión por varias razones: la primera media maratón, conociendo la mayoría del recorrido, pasando por delante de mi casa, de centros de trabajo conocidos, de lugares emblemáticos para mi y asociados a recuerdos de momentos agradables...
Ha sido una fiesta muy bien organizada, felicito a los voluntarios y a la organización, agua, aquarius, plátanos, cerveza... y sobrando avituallamiento al finalizar todos los actos. Sin colas en ningún sitio, ni a la hora de hacer las inscripciones, ni al recoger las bolsas del corredor, ni en la entrega de chips, ni en la entrega y recogida de ropa de repuesto, ni para el agua, el aquarius o las cañas. Había para todos y de sobra.
El Samur también pendiente y eficaz, los masajistas y fisios haciendo su labor hasta el final...
Uno acaba pensando: lástima que sólo durara unas horas todo...
Y el público sin duda se merece otro premio, por sus ánimos, aplausos y piropos varios. A veces se ponía la piel de gallina y todo. Exceptúo a algunos miembros de la tercera edad en algunos barrios que, con cacha y todo, se ponían a cruzar por el medio de la carrera como si tal cosa. Me pregunto si de veras tenían tanta prisa... Entiendo que para algunas personas pueda ser un peñazo estar esperando a que pasen 13.000 personas corriendo por delante de tus narices, pero, hombre, pensemos un poquitín, que es un peligro para todos. Yo entre el km, 19 y el 20 choqué inevitablemente con una anciana y su bastón y el abrazo y la frenada para impedir que cayera o cayéramos me llevó medio aliento y 18´´ de bajada de la media kilométrica que llevaba. Todo ello al margen del susto, claro.