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viernes, 30 de enero de 2009

Carrera continua: instrucciones para adolescentes

Me parece fundamental dar este tipo de información a los adolescentes que han de (o quieren) practicar este deporte. Personalmente he visto a chicos y chicas que al salir de una clase de Educación Física en la que no les han explicado ni qué van a hacer ni por qué han de hacerlo se sienten no sólo exhaustos, sino cabreados, rojos, sin respiración, cuando no ya mareados y sin querer oir hablar de "correr una rato".
Afortunadamente para tod@s hay muchos profesores y monitores que saben hacer bien su trabajo y se preocupan por que sus alumn@s no sólo entiendan las cosas, sino que disfruten con ellas.
El artículo que he enlazado lo ha escrito un profesor de E.F. para sus alumn@s y me ha parecido interesante recogerlo.

5 comentarios:

Saturnino dijo...

Por desgracia la gimnasia es una asignatura a la que apenas se da importancia, cuando debería estar más considerada. A través del ejercicio se desarrollan muchos valores que a lo largo de nuestra vida nos van a ser útiles, como compañerismo, amistad, capacidad de superación, etc.
Esperemos que esto cambie en un futuro no muy remoto.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Recuerdo que yo empecé a los 14 años a correr por la playa: 10 minutos muuuy lento, luego 10 minutos andando y luego 10 minutos corriendo también muuuuy lento. En grupo intentando encontrar la forma para un equipo de voleibol.

Ahora a los 45 años sigo corriendo. Y no lo cambio por nada.

Tecolinha dijo...

SATURNINO: afortunadamente las cosas ya están cambiando. Al menos entre los profes jóvenes de los centros públicos. Un saludo.

CIENTOUNERO: ¿por la playa? ¡con lo duro que es correr sobre arena! jeje. Buen comienzo, y de la manera que lo describes no me extraña que sigas y que te enganchara. Yo también empecé con un buen entrenador (no en la playa, sino en asfalto, tierra y pista) y tampoco lo cambio por nada.
Un saludo.

Jose Ignacio Hita Barraza dijo...

Cada vez que me acuerdo de cómo se evaluaba la carrera contínua en mi colegio, no sé si ponerme a reír o a llorar.

Nos ponían a dar vueltas a todos a la vez por el patio, al que le doblasen le ponían un cero, y luego se asignaban un 10, dos 9, tres 8, etc. por orden de llegada, así, sin ningún sentido, por mucho que se esforzase un chaval con pocas cualidades, se lo cargaban en cuanto le tocaba en un grupo de petaos que se dedicaban a doblar a los regazados, triste pero cierto.

Ah, y teoría sobre pulsaciones, respiración, etc. ninguna, así han salido muchos, en fin... Ah, yo era de los que eran doblados, anda que si me pillase ahora... jejejeje.

Tecolinha dijo...

¡Madre mía! ¡Pero si eres jovencísimo para haber vivido eso! Ufff, pobres, qué horror :-(