Que la lluvia no acabe nunca,
que llueva siempre,
que nos bañe siempre,
que nos inunde el diluvio
de los días felices,
de los sueños dulces
de las noches sin fin.
Para que vuelva el otoño,
y traiga el invierno azul,
que con la primavera
siembre otro verano,
y llene de luz el presente
y haga crecer el futuro,
como un niño dormido,
como una flor callada
y un suspiro eterno.
Que vuelva la lluvia siempre,
que venga el sol, ¡que queme!
y el barro nos recuerde
que está para amasarlo
en cada paso tenue
en cada mano suave,
en cada beso, en cada instante.
¡Que llueva todo el día!
que empape los deseos
y las aguas tranquilas,
para volar corriendo,
para beber el cielo,
para sentir las nubes
enredando el pelo.
***
Por eso...
que inunde la lluvia el viento,
que haga callar a los necios
y hablar a los buenos,
que empape el cielo de besos
y de esperanza el deseo.
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