Regreso al inicio de los días a las 6 de la mañana, acompañadísima a las 7 camino del trabajo recordando cuando salía en León a esas horas para ir en coche y casi aba miedo, con la ciudad dormida aún y donde siempre queda algo más para el amanecer.
Regreso a los viajes en metro en silencio a esas horas y observo a los "viajantes" y "viajeros", durmientes, lectores, "despertantes", revisores de agendas y "auditores" con cascos...
Regreso a las miradas calladas, a los saludos mudos, a los "buscadores de asientos". Los extremos siguen siendo los primeros en ocuparse.
Y la mayoría seguimos un comportamiento similar, en el mismo orden:
1º- Entrar al vagón.
2º- Mirar alrededor como, ubicándonos, comprobando que todo está en su sitio. Parecemos gatos inspeccionando el terreno, el próximo habitáculo de nuestras vidas en los siguientes minutos. ¿Será por eso lo de los "gatos", que no nacen sino se hacen? ;-).
3º- Al cabo de unos 10" cada cual pasa a su siguiente actividad "metril", a elegir:
1. Escudriñar a los compañeros de viaje.
2. Sumirse en sus pensamientos, con la mirada perdida en algún punto, normalmente el suelo.
3. Leer, o bien el libro de la semana o del mes (dependiendo del grosor del mismo), o el periódico, normalmente uno de los gratuitos, que es muy cómodo de llevar y fácil de compartir.
4. Escuchar música, algunos a un volumen escandalosamente elevado. El otro día me tuve que cambiar de asiento, tras la sorpresa sin dar crédito de la capacidad del chico que tenía al lado para aguantar ese volumen de música tecno y encima ¡dando cabezadas!. Se oía en todo el vagón.
5. Consultar el móvil, pda, agendas, papeles.
6. Ordenar el bolso, mochila o maletín.
7. Maquillarse o limarse las uñas (infrecuente, pero prometo que lo he visto).
8. Dormir, dar cabezadas e incluso regalar algún ronquido.
9. Hablar, aunque a primera hora el silencio impera.
10. Cotillear al de al lado lo que lee o escribe, incluyendo al que tengo ahora mismo a mi izquierda. Se demuestra que el ser humano es curioso por naturaleza y, bueno, la curiosidad dicen que es, al fin y al cabo, una de las bases de la ciencia, ¿no?. (Ahora me pregunto si el de mi izquierda alcanza a leer esto o si aparta y aleja la vista sólo para disimular o simplemente le está resultando aburrida la lectura...).
Con todo, llego a mi última conexión en metro, me quedan cuatro paradas en la tercera linea que tomo hoy y saldré a la calle de nuevo, 48´09´´ más tarde que cuando salí de casa, un poco más despierta y con la satisfacción de haber escrito un ratito, de haber conectado los tres trenes sin esperas y de haber comprobado que todo sigue su curso, en su sitio, apacible y callado, como la mayoría de los viajeros a estas horas tan tempranas, algunos aún con los ojitos cerrados, cabeza a ritmo del tren y manos cruzadas sobre el regazo.
¿Habéis descansado alguna vez mirando a alguien dormir?
Pues algo así.
Feliz fin de semana :-))
9 comentarios:
Me estresa Madrid, me mata el metro a pesar de que sin el no sería capaz de ir a ningún sitio; me fastidia sus largos desplazamientos para ir al trabajo...que fácil es todo en una ciudad pequeña.
Ánimo y torear con esa rutina.
Un abrazo.
Hola tecolinha, la descricpcion ha sido perfecta, yo cada vez que voy a Madrid me gusta coger el metro (a las horas que hay gente, pero tampoco mucha) y es exactamente eso que has contado. En León te subes a un autobús y siempre conoces a alguien, pero en Madrid... Bueno otras cosas buenas tendrá, ¡¡¡¡animate!!! L.A.
¡Bienvenida al "foro" Tecolinha!
La semana pasada estuve un poco ausente y no me pude pasar a saludarte.
Viajar en Metro se ha convertido en una de las actividades más habituales de los madrileños, pero ha cambiado mucho, aún recuerdo los vagones con asientos de madera, sin aire acondicionado y puertas sin manillas. ¡ahh! y la gente fumando por todos lados por supuesto.
Los compañeros de viaje variopintos como buena muestra de los habitantes de está ciudad.
Bueno nos veremos en alguna carrera, besos Abe.
Hola tecolinha, gracias por tu visita. Si, seguro que era yo, como no saludaste mujer, bueno la próxima. Que tal terminaste? me pasaste?.. Bueno la verdad que yo sí pase una carrera muy agradable con mi amigo Carlos, sin sufrir y disfrutando de la ciudad.
Lo del metro es la caña, a mi me encanta observar y pensar en lo que pensaran los demás. No utilizo el metro apenas por eso cuando subo intento disfrutarlo....Seguro que Madrid te recibe bien.
Saludos.
No soporto vivir en una ciudad de esas. Lo domino durante un fin de semana; más tiempo me estresa, estoy deseando volver a León. Pero de todas formas me identifico con tus vivencias en el metro.
Eso de hacer marca personal de desplazamiento en metro de casa al trabajo también lo hacía yo, jajajaja.
Como te dé por ir a currar en bici vas a ser una enferma de cronometración :)
SATURNINO: Vaya, jeje. No llevo mal el "toreo", la verdad, es sólo recordar, llevaba 10 años aquí cuando me volví a León en el 2007. Pero gracias por los ánimos, siempre se necesitan ante un cambio importante :-)
L.A.: Claro que tiene cosas buenas, como todo, jeje. Por cierto, disculpa si me has escrito al mail de corre2 y no te he contestado, no sé qué pasa que no tengo acceso a esa cuenta desde este ordenador, y el mío no lo recupero hasta dentro de un mes mínimo. Saludos.
ABE: jejeje, eso es que tienes una memoria de elefante, ¿eh, muchacho?
;-)
Lo de asientos de madera, pasa, pero lo de sin aire acondicionado... uufff.
Sí, me encanta "vivir" el metro
:-))
LANDER: ays, pues cuando pueda a ver si te mando alguna foto que creo que te llegué a hacer a la camiseta y todo. Es que con el traslado me falta todo. Te pasaría, pero no sé si por mucho tiempo, jejeje.
Lo del metro es para escribir un capítulo diario o más, y lo del recibimiento de madrid... por supuesto que me recibe bien no, genial. Es un reencuentro y, como la primera vez, sigue igual de acogedora, me encanta :-))
Un saludo.
SONIA: :-) es cuestión de capacidad de adaptación... y de vivir la vida desde otra óptica...
Un saludo.
No hay prisa, "coje el metro".L.A.
HITA: jajaja, vaya, ya creía que estaba enferma, jajaja, es que encima llevo el crono y todo, jajaja.
L.A.: claro, ahí está la clave, salir con tiempo de sobra para no tener que agobiarse.
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