Apurando los días desde el amanecer

Como me quedan pocos días por estos lares leoneses, apuro los amaneceres, las mañanas y las tardes, ya casi haciendo que cada hora sea un acto de despedida, este año con la suerte de haber podido alargar el verano arañando unos días al mes de septiembre. Circunstacias especiales en el trabajo lo han permitido, por lo que no se pueden derrochar las oportunidades... Así que últimamente me está gustando más madrugar, y si es para hacer deporte, más.

Así he visto León esta mañana minutos antes de salir a correr.

No había podido hacerlo desde el pasado domingo, así que las ganas ya empezaban a ser desesperantes. El premio, además de poder salir unos 50´, fue este amanecer espectacular sobre la ciudad. Lo que véis al fondo no es el sol, sino la luna, en una "puesta de luna" espectacular.

Si queréis saber más sobre por qué estaba tan grande, tan naranja y tan baja, podéis leer más aquí

El eclipse

El eclipse:

Estoy aún bajo los efectos del eclipse de anoche…
Es que ha sido impresionante…
Ayer venía de viaje por la carretera y no daba crédito a lo que veía:
“Eso no puede ser otra cosa que no sea un eclipse…”
“Pero, si no es un eclipse, ¿qué es?”
“Es que no hay nubes, la luna no puede ponerse así, si anoche estaba casi llena…”

La noche anterior había estado en Maraña, el pueblo bajo el macizo de los Mampodres (León), y aunque la luna se ocultaba entre nubes, se veía que estaba a punto de ser llena. Por eso anoche ¡no podía decrecer así! Para luego poco a poco volver a aparecer…
Se veía el cerco típico de luz alrededor de la luna llena, cortado por la sombra de la tierra… o de lo que fuera… Yo no entiendo de estas cosas, y no sabía que efectivamente estaba ocurriendo un eclipse. Después hablando por internet y comentándolo con Pedrín me confirmó que efectivamente así había sido…Y no os podéis imaginar lo que sentí… No sé cuándo sentí más emoción, si mientras lo presenciaba intentando entender lo que veía, o cuando me enteré que SÍ era un eclipse, o ahora recordando unos momentos únicos, brillantes, reveladores…
He imaginado cómo se debieron sentir los astrónomos en sus momentos de descubrimientos así, cuando con sus estudios concluían estos fenónemos, o cuando el hombre primitivo descubrió el fuego… Es que no se trataba de ver algo anunciado, ¡yo no sabía que iba a haber un eclipse! Verlo, identificarlo torpemente, disfrutarlo, dar la brasa a mi compañero de viaje: “Tío, esto es un eclipse, mira cómo está la luna, esto no es normal, míralo, ¿tú qué opinas?, ¿has oído algo? ¡qué pasada!”.
Es que es indescriptible, bueno, el eclipse no, pero las sensaciones sí, no puedo, no puedo ahora, pero necesitaba compartir algo… cuando esté más en calma con la perspectiva necesaria escribiré algo coherente… pero necesitaba compartir este momento… Ha sido una visión espectacular, íntima, susurrante, la luna es increíble, cómo se comunica y cómo nos habla… Anoche me hizo otra vez “toc, toc”, camino de casa y anunciando reencuentros… y me regaló el reconocimiento de un mensaje, ¡me hablaba!
Fue increíble, de verdad, para no olvidarlo nunca…
Siento no escribir algo de más "calidad", más ordenado y mejor explicado pero ahora mismo la emoción puede un poco...

Más información sobre el eclipse:

http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=535923&idseccio_PK=1021&h=

http://www.serviastro.am.ub.es/cast/destacados/eclipse_luna-160808.html

video aquí

Desde mi ventana

Y desde mi ventana...

desde mi ventana...

veré el cielo,

y el sol

y las estrellas.

Y pensaré que

es el mismo cielo

que cubre las montañas,

el mismo sol

que calienta las piedras,

y las mismas estrellas

que iluminan la hierba.

Y la luna,

aquí escondida

tras las casas

o apagada

junto a las farolas...

será allí

la diosa de la noche,

y será guía del lobo,

y luz en el río,

refugio de sueños.

(levemente reformado desde la primera versión del 10/10/1994)